Tuesday, August 18, 2009

EL INICIO DE ESTA HISTORIA

No es difícil ubicar cuando comencé a tener cierta inquietud por mi naturaliza gay. Hay dos momentos que marcan el inicio.

El primero es en la escuela, en donde de alguna manera comienzo a sentir cierta atracción por mis compañeros gorditos. Uno en especial me llamaba la atención y para fortuna mía, en algunas ocasiones me senté detrás de él, teniendo la oportunidad de observarlo. no eramos amigos, pero conviviamos como simples compañeros de clase. El era gordito, digamos con deliciosa panza y ricas lonjas laterales. Un trasero encantador al igual que sus piernas. Era guapo, aunque nada como para gritar de emoción, pero bien parecido.
No hubo mayor interacción con él, solo miradas y deseos de llegar a ser gordito cómo él. Nunca lo relacioné con que estuviera despertando mi otro yo. Muy de vez en cuando llegó a haber un roce o un abrazo, mas accidental que provocado.
Aunque quizá el pudo ser también gay, jamás se dió la oportunidad de tocar el tema, lo cual pareciera prohibido en aquella época, digamos años setentas. Había otros compañeros gorditos a quienes les echaba alguna mirada de vez en cuando, pero era a Miguel a quien yo admiraba.

El segundo momento, fue el gusto por usar ropa íntima de mujer, lo cual me atraía mucho. Esto se fue dando más o menos en la misma época. Me gustaba y me sigue gustando cómo se siente ese tipo de tela. Obviamente esa ropa la tomaba del cajón de mi madre y de la abuela. Me excitaba mucho. Me pondía varios a la vez, para verme más voluminoso. En aquella época yo era delgado, digamos que en peso promedio y muy acorde a mi estatura. Esta faceta no se ha terminado y en algunos viajes he llegado a comprar este tipo de ropa y usarla durante el tiempo que éste dure. Me agrada la sensación.

Tiempo después un comentario de un primo mio no me agradó, ya que me hizo sentir flaco, delgado, sin fueza; débil en pocas palabras.
Al poco tiempo recibo una invitación para hacer ejercicio en un gimnasio. Es ahi cuando da inicio un proceso que aún sigue, y que es el aumento de peso. En aquellos momentos, el sentir que el volúmen de mi cuerpo comenzaba a dar señales de crecimiento me atraía mucho. El entrenador nos recomendó el uso de un complemento alimenticio totalmente seguro y que se vendía en las farmacias. No tenía anfetaminas ni otra sustancia dañina, pero si ayudó en el proceso que deseaba.
En aquellas fechas, mi peso estaría más o menos en 60 kg. 17 años, 1.74 de estatura. Bastante delgado por la cantidad de ejercicio que practicaba. El gusto por ver cuerpos grandes iba en aumento.

El tiempo en el gimnasio no era demasiado, quizá tres horas a la semana, pero poco a poco comenzaba a sentir los efectos del ejercicio y de una dieta complementada. A las pocas semnas ya había recibido algún comentario respecto a que estaba embarneciendo, engordando en pocas palabras. A veces la gente no lo comenta directamente y prefiere usar sinónimos para no molestar a la otra persona, en fin, son formas de comunicación diferentes que utilizamos para evitar conflictos.

El ejercicio que realizaba era continuo tanto en el gimnasio, como en otros deportes como el futbol y tenis principalmente. Esta gran actividad detuvo un poco el proceso. No era mi prioridad en ese momento, ya que siempre ha sido importante para mi el ser competitivo en la actividad que realice y de alguna manera el estar ligero me permitía desempeñarme bien en el deporte.

Al entrar a la Universidad, la actividad deportiva comienza a disminuir, incluyendo el tiempo dedicado al gimnasio. La práctica del futbol se volvió algo ocasional al igual que la asistencia al gimnasio. Jugar tenis fue constante, pero era una vez por semana, en ocasiones hasta dos veces, pero era cada vez mas espaciado conforme fue avanzando el tiempo. Otros pocos kiloos fui ganando. Nada espectacular por supuesto, pero fueron dando forma a un cuerpo que dejaba de ser delagdo y que comenzaba a ver cierta tendencia a tener un cuerpo más pesado.

Como habrán notado, en todo este tiempo no he tocado el tema de noviazgos. Pues efectivamente, no tuve novia (ni novio) ya que no era de mi interés. Estaba completamente dedicado a mis estudios, al deporte y al trabajo en la segunda parte de mi carrera. Para mi familia era preocupante que yo no tuviera novia, pero para mi no tenía ninguna importancia, realmente no pensaba en ello, no estaba presionado.

Mi primera y única novia la tuve cuando yo tenía 25 años.

Cerca de los dos años de noviazgo decidimos casarnos. Nuestro noviazgo no tuvo ninguna aventura sexual, respetando ambos la educación y tradición recibida. No hubo ni siquiera algún intento por romper el círculo ya caer en la "perversión". No se para ella, pero para mi fue algo sencillo, quizá porque yo soy gay, y aunque no lo sabía, sí lo sentía. No lo veía o no lo quería ver, quizá debió ser algo tan obvio que me abriera los ojos y me hiciera definir un camino diferente.

Probablemente los primeros dos años fueron de actividad sexual moderada, en donde por lo general, era ella quien iniciaba la actividad. Cuidabamos las fechas de fertilidad, ya que no deseabamos tener familia en esos momentos.
Dicha idea cambió ya que familiares cercanos si decidieron tener familia. Nosotros no quisimos quedarnos atrás. Era muy atractiva la idea de poder cargar a nuestro propio bebe, a nuestro hijo (a). No tardamos mucho en lograrlo y comenzó una época en donde el centro de atención fue el producto de ese embarazo, que al nacer provocaría una alegría inmensa, lo mejor que jamás haya vivido.
Es quizá el gran motivo por el que no he podido tomar decisiones terminales. Aún más por la llegada de un segundo embarazo después de dos años de estar completamente emocionados por la primer bebe. La segunda fue niña también. Se cierra la fábrica y se sigue el proceso de educación y disfrute de una pequeñas maravillosas.

A nivel matrimonio, todo queda disfrazado y oculto por la atención que ellas atraen, sin embargo llega un momento en que mi esposa lleva a cabo varios reclamos, incluso la solicitud de un divorcio derivado de su incoformidad con la vida matrimonial que llevabamos. El raclamo era el mismo, la poca actividad y mi poco interés en el asunto. Yo pedí otra oportunidad y asi hemos seguido por algunos años.

Años de altibajos, de muchas alegrías y satisfacciones como familia, pero de muchos desencantos a nivel pareja. Para el mundo que nos rodea, formamos una bonita familia. Quizá si lo seamos, pero también hemos sido expertos en la mentira, expertos en disimular una situación y una felicidad que no coincide con la realidad.

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