Sunday, September 5, 2010

LLEGO EL DIA DESEADO

Llegó finalmente el día para tomar una decisión. El 13 de Junio resultó ser el día elegido. No fue premeditado el escogerlo, simplemente así se dan las cosas. La decisión fue la de ya tomar un camino nuevo, en donde viviré por mi cuenta esperando y deseando que el destino me tenga una buena opción.

Tuve un mes para acondicionar el lugar donde vivo a parir del 11 de Julio. No pudo ser muy completo el hacerlo, ya que son muchas cosas y detalles que faltan, si embargo me enfoque en las cosas mínimas necesarias y por coincidencias me ofrecieron un paquete de muebles y artículos que no pude rechazar Fueron días complicados sin duda, ya que estaba pendiente platicar el asunto con mis hijas

Por azares del destino parece que mi hija la mayor escucha la conversación de la decisión definitiva y acelera un poco el proceso de darle a conocer la noticia. Mi esposa charla con ella y de alguna manera queda tranquila pero pide ser ella quien platique con la hermana menor. Para no hacer mayor historia, una semana después ya ambas sabes que me voy del hogar.

Sin saber exactamente los motivos, ambas, en especial la pequeña, toma partido y se enoja con ambos pero muy en especial con su madre. Una vez más pareciera que la persona “inocente” sufriría las consecuencias de todo esto. Trato de hablar con ellas pero fue infructuoso, se negaban a confirmar lo que ya estaba sucediendo. Poco a poco fui retirando algunas cosas y ropa para traer a mi nuevo hogar. El momento definitivo para charlar, llegó un día entre semana y faltando aproximadamente una semana para concretarse. Ya para ese entonces y dadas todas las condiciones y circunstancias decidí que debía hablar con ellas, pero no solo charlar de lo que ya sabían, sino de toda la verdad, mi condición, mis deseos, mis inquietudes.

Fueron momentos muy complicados para los tres, ya que en la charla decidimos excluir a su mamá. Era lo mejor. Fueron los momentos más complicados de mi vida, no solo porque debía comentar abiertamente mi partida, sino que les diría el porqué de la decisión, lo que no era solo el quererme ir, sino que tenían un padre sui generis a quien le gustan los hombres y que pareciera no tener lógica posible.
Hubo muchas lágrimas, fue complicado articular palabras al final de la plática, ya que las emociones eran intensas. Mi hija mayor pareciera haber entendido mejor la situación, pero es quizá lógico, ya que había tenido un poco más te tiempo para digerir la separación. A pesar de todo, ambas parecieron entender la situación y eso lo he confirmado a través del tiempo. Se han portado de maravilla conmigo y han entendido mi nueva posición ante la vida y ante ellas, sin que ello cambie el granamos que siento por ellas.

Han pasado ya casi dos meses y no me arrepiento de la decisión tomada ni como se han dado las cosas. La primer semana fue muy difícil, no solo por la separación, sino que de repente me encontré muy solo. A pesar de que me gordo estuvo muy en contacto conmigo los primeros días y me animó a salir adelante, a final de cuentas lo seguía teniendo muy lejos. No lo podía abrazar, no podía sentirlo a mi lado, no podía tomarle de la mano.
Si, efectivamente, llegué a pensar que me habría precipitado.

El paso de los días voy madurando la situación y me doy cuenta que no es necesario hacer presión alguna. J. me ha apoyado y dado consejos y ha tranquilizado mis inquietudes por acelerar un proceso del cual quisiera ya tener bajo control. Agradezco ese apoyo que me ha impedido equivocarme. Gracias.
Debo entender que no porque yo haya hecho un cambio radical en mi vida, todo debe reacomodarse a mi gusto y en el momento que yo diga. Debo ser paciente.

La semana pasada estuvo mi gordo aquí, si AQUÍ en mi nueva cueva y vivimos momentos extraordinarios. Desde el momento en que me estaba avisando que ya había aterrizado el avión, sentí que el sentimiento recorría mis venas, las lagrimas rodaron, de nuevo lo vuelvo a ver y bajo una atmósfera diferente- Mi amor había llegado, estaba a unos minutos de poderlo abrazar. Cada segundo que pasó a partir de ahí fue una eternidad.

Doy gracias a Dios por permitirnos vivir algo muy diferente, por vivir sin prisas, pero darnos esa oportunidad de continuar el proceso para conocernos y de pasar muchas horas in necesidad de correr contra reloj, sin necesidad de estar mintiendo a otras personas. Éramos nosotros dos disfrutando nuestra relación, disfrutando cada expresión, cada detalle uno de otro.

Paseamos juntos, dormimos y disfrutamos de comidas juntos, compartiendo todo lo compartible, era un sueño hecho realidad. Pero como todo sueño, llegó a su fin y de nuevo vino el momento crítico de volverlo a ver partir. Fue mas doloroso que nunca, pero un momento lleno de esperanza ya que ahora es más sencillo el poder vernos con más frecuencia y bajo las condiciones que nosotros queramos. Un adiós diferente, es un hasta luego que ansía un reencuentro a la brevedad.

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